¿Qué pasa con los proyectos culturales?

 

Esta sección nos inspira a sumergirnos en el proceso que hemos vivido durante cuatro años en De Doble Espacio y a reflexionar sobre diversas cuestiones que nos han asaltado durante este tiempo. Una de ellas es la evolución de los proyectos culturales, muchos de ellos sin ningún tipo de ánimo de lucro. Iniciativas que un buen día desaparecen, sin previo aviso. Seguro que en este momento estás recordando alguno de esos proyectos de gran calado que un buen día se quedaron en stand by. ¿Conoces alguno? A mi, por desgracia, se me ocurren varios.

Cuando te sumerges en el mundo de los blogs,  evidentemente, también te sumerges en el maravilloso mundo de la búsqueda de noticias, de proyectos interesantes, de todo aquello que pueda resultar de interés para quienes siguen tu blog. Es un proceso hermoso, pero al mismo tiempo arriesgado,  porque el surfear por la red en busca de noticias no siempre es una tarea sencilla. Se supone que Internet es una puerta abierta a la información. Y, por supuesto, que es así. Pero el mar se convierte en océano y luego pasa a ser universo.  Es tal el grado de información que es complicado filtrar y elegir ante un escaparate repleto de posibilidades. Al final te sientes empequeñecer ante un universo inmenso. Porque, nos guste o no,  el tiempo es finito y no podemos pasarnos todo el dia como Sherlock Holmes: investigando y descubriendo noticias. ¡Quién pudiera!

A veces tienes la sensación que no llegas a donde deberías, que se quedan demasiadas cosas en el tintero. Y lo cierto es que puede llegar a ser frustrante. Quiero escribir, quiero dedicarle más tiempo, quiero encontrar noticias interesantes sobre las que hablar…, pero no siempre se puede. La mayoría de las veces quienes escribimos un blog no vivimos de él, aunque hay muchos que sí lo hacen. Pero por lo general debemos compatibilizar el mantener un blog con nuestras vidas profesionales y personales y no siempre es fácil mantener el ritmo. Tarde o temprano llega el momento de tomar decisiones y ser realista con el contenido editorial, con la temporalización y el tiempo que realmente se le puede dedicar al blog. Y tengo que reconocer que es duro. Es duro asumir que no puedes seguir el ritmo, que hay que dejarlo aparcado durante un tiempo e, incluso, tener que decidir  aparcarlo por completo. Te sientes culpable porque al final el blog no es solo un proyecto más, es parte de ti, de tus aspiraciones, de tus ilusiones, pero al mismo tiempo traspasa fronteras y supone una conexión con otros. Personas que no conoces pero que pasan a convertirse también en parte de esa iniciativa con sus aportaciones.  En momentos así, momentos de dificultad o de falta de tiempo, es cuando eres consciente de la realidad, no solo de muchos blogs, sino de otras muchas iniciativas que te has encontrado en el camino.

En ese proceso del que hablaba antes de curación de contenidos te encuentras con proyectos de muy diversa índole que tiempo después parecen disiparse, no tienen la trascendencia de antes e incluso llegan a desaparecer. Y tengo que admitir que cuando me he encontrado con algunos de ellos y he visto su declive, no entendía por qué ocurría, cuando se trataba de iniciativas de gran calado para su sector. Pero, con el paso del tiempo, después de cuatro años escribiendo en este blog e sumergiéndonos en la búsqueda de iniciativas que compartir,  entiendo perfectamente por qué ocurre.  No es una cuestión de ilusión, sino de tiempo y de prioridades.  Muchas veces hay que hacer un esfuerzo extra por mantener vivo un proyecto y aunque la culpabilidad corroa porque no queremos que caiga en el olvido y entonemos el mea culpa, no siempre tenemos la suficiente leña para continuar avivando el fuego porque otras prioridades surgen en el camino. Al fin y al cabo hay que pagar facturas y, a veces, esos proyectos culturales que nacen por inspiración personal o al abrigo de un grupo de personas con las mismas inquietudes hay que dejarlos aparcados.

Con suerte, solo será cuestión de tiempo para volver a retomarlos o crear nuevos caminos para conectar con la cultura.

 

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