Gracias a los que ya no estáis

Un nuevo curso echando de menos a quienes nos guiasteis.

Llega el final del verano y después de sesiones de sol, de disfrutar del tiempo extra y de, por qué no, alejarnos del mundanal ruido, nos adentramos en el otoño y con él comenzamos el curso. Del mismo modo que los más pequeños, los adultos nos preparamos para la vuelta al cole. Pero en lugar de estrenar plumier, lápices y mochila, ponemos en marcha la maquinaria para idear nuevos proyectos, reciclarnos, buscar esa formación necesaria para actualizar nuestro currículum, organizar nuestra búsqueda de empleo o simplemente seguir con nuestra rutina.

Después de un tiempo de relax, volver a la actividad implica ponerse al día y, no sé vosotros, pero en mi caso, me sumerjo en la red con la intención de descubrir que se cuece en el sector cultural para estar al tanto de todo lo que ocurre, tanto con las propuestas consolidadas como con los nuevos proyectos que surgen. Sin embargo, cada septiembre me enfrento a la misma sensación de abandono, por decirlo de algún modo. Tal vez esa no sea la expresión más adecuada.

Después de años trabajando en la gestión cultural, se tiene una lista mental de aquellas plataformas que son un referente en el sector en cuanto a la comunicación cultural y a facilitar la conexión entre profesionales. Pero con el comienzo de cada curso me embarga la tristeza por no encontrar activos proyectos como RecBib, Cultunet, #Cultura18, The Art Boulevard, XTrart, Fábrica Cultural…

Evidentemente, todas las carreras tienen un principio y un final, pero me da mucha pena que iniciativas, que son muy necesarias para el sector, desaparezcan de la noche a la mañana, unas veces por agotamiento de sus promotores, otras por falta de apoyo… Surgirán otras alternativas igual de interesantes, sin duda, pero queríamos comenzar la temporada con una reflexión sobre el devenir de los proyectos culturales y la dificultad de mantenerlos a flote, porque no siempre es fácil sacar tiempo para dedicárselo a proyectos que, en muchas ocasiones,  no pagan facturas, proyectos que se fundamentan en la típica expresión “por amor al arte”, porque hay que conjugarlas con otras para poder salir adelante,  y que, tarde o temprano, supone un agotamiento que se traduce en un punto y final.

Comenzamos una nueva etapa con la melancolía hacia aquellas iniciativas que ya no están pero que mantenemos en nuestra memoria. Gracias a aquellos/as que un día las ideasteis, les disteis forma y nos inspirasteis y ayudasteis a muchos a orientarnos en el sector cultural.

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